Tal vez, sólo tal vez, todas hemos buscado alguna vez en la vida, sobre todo en nuestro mood de emprendedoras, cómo vivir una vida saludable, una vida equilibrada, en armonía…
Y tal vez, sólo tal vez hemos intentado aplicar varias herramientas, técnicas o actividades, sin éxito y la realidad es que mucho de eso se quedó en el olvido tan pronto nos dimos cuenta que no funcionaba o que simplemente esas cosas no eran para nosotras.
A mí me pasó que sí, las redes sociales me hicieron llenarme de comparativos sobre esas vidas altamente productivas, esas vidas en las que todo se podía hacer en un día, con alta energía, dónde se resolvía todo y había tiempo para la familia, los hijos, la pareja, el ejercicio y demás…
También busqué la fórmula, me estudié todas las técnicas de productividad, leí libros y libros,...
La dopamina es uno de los neurotransmisores encargados de generarnos felicidad...
No me voy a meter en su composición química y esas cosas, que para eso están los expertos, pero sí quiero hablarte del ejercicio, la dopamina y su impacto en tu negocio...
Y seguro estás diciendo ¿pero Mar, cómo un químico de la felicidad va a tener impacto en mi negocio?
Si ya lo sé, lo mismo decía yo, el objetivo era ser una killer de pendientes, un caso de éxito, una pinshi máquina de resultados y punto, al carajo la felicidad...
Y si lo logré, pero a un costo muy alto, donde durante mucho tiempo viví en modo automático, con ciclos de sueño alterados, juntas a casi cualquier hora del día y jornadas de muchas muchas horas al día casi toda la semana...
¿Lo volvería a hacer a cambio de lograr mis metas? Mi respuesta rotunda y definitiva es NO, y es no...
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