Constancia versus Inteligencia.

Hoy me voy a meter en temas sensibles, y vaya que puede hacerte ruido, pero te prometo que esto tiene un propósito, así que sólo mantente abierta y receptiva.

Abrir la mente y el corazón siempre nos permiten recibir cualquier cosa, pasarla por nuestro filtro interno y entonces elegir si la aceptamos como una contribución positiva o si sólo la dejamos pasar y le podemos tomar algún aprendizaje.

No todo nos tiene que enseñar, pero siempre todo es información.

Así que, continuemos…

Hablaré de dos cualidades que todos los seres humanos podemos tener, pero que algunos nos hacemos más de una que de otra.

Muchos piensan que con una se nace y que la otra es como el parche cuando no se tiene la primera, me refiero a la inteligencia y la constancia.

Dicen que con inteligencia se nace y que cuando “no naces inteligente” hay que ser constante para lograrlo (lo que sea que quieras lograr).

Yo no estoy segura si nací inteligente o no, lo que me queda claro es que sí tengo una habilidad muy poderosa, que es la que me ha llevado literalmente a dónde estoy y que me saca siempre de cualquier bache o problema en el que estoy: Aprender rápido, que como siempre les comparto cuando me dicen “Mar, es que eres muy inteligente”, yo puedo aprender lo que sea, y vaya que he probado muchas actividades, desde las más comunes y ordinarias, hasta algunas complicadas, y aunque incluso con miedo, lo he logrado, así que sí, esa sí estoy segura que es mi habilidad, pero no hablaré de eso.

Hablaremos más de la supuesta inteligencia, esa habilidad de crear soluciones, de ser artista, de crear cualquier cosa, de resolver, de ser brillante, una genio y más…

Normalmente en la sociedad aún se llama inteligencia a sólo todo lo relacionado con la cuestión académica y profesional, en la escuela por eso me decían inteligente, pero la realidad es que sólo aprendía bien y rápido.

Y así mismo, se olvidaron de otras “inteligencias”, como la emocional, la financiera, la relacional, que aunque ya están tomando más relevancia, aún no son tan relevantes como las buenas notas en las evaluaciones académicas o profesionales.

Entonces, entendamos primero que la inteligencia no es sólo académica, sino que también hay otras y que por supuesto son cultivables, las podemos desarrollar, podemos avanzar en ese camino y no tienes que nacer con ellas, tampoco son exclusivas de unos cuantos o de los “tocados por Dios”, como algunos dicen. La realidad es que la inteligencia está a la mano de todo el mundo.

Pero aquí es cuando entra en juego la cualidad que se ha usado como parche cuando se cree que “no eres inteligente”: la constancia.

Esta habilidad, al igual que las inteligencias se aprende, pero se le ha dado un poco una mala fama, pues parece que sólo la deben tener los que no nacieron con alguna inteligencia, con alguna cualidad de “alto valor” para la sociedad, y también es ¡una maldita mentira!.

La constancia tiene que ver con esta determinación y voluntad para adquirir algo, ya sea tangible o intangible, desde habilidades hasta objetos, por lo que la constancia te permitirá desarrollar incluso las inteligencias que quieras.

Y no, ninguna es más valiosa que la otra, por el contrario, el mensaje el día de hoy es que te reconozcas, que conectes con tu inteligencia, la que quieras y que sepas que puedes desarrollarla, llevarla más adelante y que para ello vas a requerir ser constante, ya sea en tomar algún tipo de estudio, en alguna práctica, en alguna actividad o simplemente tomar acción para lograr un cambio o un avance.

Lo que hoy quiero decirte es que quites de tu mente, de tu sistema, de tu identidad y de tu programación mental cualquier memoria que te diga que no eres inteligente o que te falta inteligencia y que no veas a la constancia como un premio de segundo lugar, sino como una cualidad dorada que te permitirá ir al siguiente nivel en cualquier área de tu vida.

Mi invitación en esta entrada es simple, si alguna vez lo has hecho, por favor no creas que no eres inteligente o que no tienes el don, la habilidad o la cualidad, por el contrario, reconoce que la inteligencia académica o profesional no son las únicas que rigen tu vida y que si quieres desarrollarla en otras áreas de tu vida, puedes hacerte de la constancia para lograrlo.

También, reconoce que la constancia no es porque no sea buena o porque requieres hacer mucho trabajo, la constancia es parte de cualquier proceso, por lo que puede ser tan amable o tan dolorosa como tú quieras. Ser constante no es un castigo, ser constante es una bendición enorme que te permite cambiar tu realidad y hacerlo sostenible en el tiempo.

Este mensaje es simple: Sé constante y desarrolla las inteligencias y las habilidades que requieras en tu vida, sé constante no para castigarte, sino para crear una vida de la que no quieras huir.

Evita criticar o etiquetar a tus hijos, a otros niños, a familiares, a amigos, a colegas o a otras mujeres emprendedoras como “inteligentes o no inteligentes o poco inteligentes” solo por notas o evaluaciones, recuerda que las inteligencias no están clavadas en una solo actividad, que son diversas y que todos los seres humanos tenemos acceso a ellas.

Recuerda, la constancia no es un premio de consolación, es una cualidad de oro, con inteligencia no sólo se nace, también se puede desarrollar y crecer con ella, tú siempre puedes elegir.

Deseo mucha constancia y todas las inteligencias disponibles para ti.

 

¡Por una vida con habilidades de las que no queramos huir!

 

Con Luz y Amor Cósmico,

-Mar Cespedes.-

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